Capítulo 2
Antecedentes de la Psicología clínica
Para quienes nacieron después de la Segunda Guerra Mundial, la Psicologíaclínica es una materia académica, una ciencia o una profesión tan conocida, como pueden serlo el plástico o la televisión. Por tanto, pueden llegar a pensar que este campo de la Psicología siempre ha existido; pero esto es una equivocación, ya que la Psicología clínica, tal como la describimos en el capítulo primero, es hija de la postguerra tanto como las envolturas de plástico o las antenas de televisión. Este campo de la Psicología es joven y, como cualquier adolescente, está lleno de conflictos y de inquietudes sobre su identidad y sobre su actuación para seguirse desarrollando;pero, al mismo tiempo, la Psicología clínica es antigua, porque sus raíces se hunden en los tiempos en que todavía nadie hablaba de ella, y en los años anteriores a la guerra en que comenzó a presentarse en forma embrionaria.
Así, a pesar de las apariencias, la Psicología clínica no nació hace mucho tiempo"en su estado adulto de la frente de Marte" (Hunt, 1956, p. 79), como ningún cliente comienza a existir en el momento en que por primera vez va a consulta con el psicólogo clínico buscando ayuda para un problema. Pero, de la misma manera que es más fácil entender los problemas de un paciente cuando se conocen sus antecedentes sociales, culturales, educativos y vocacionales, del mismo modo es más fácil entender la realidad actual, los nuevos desarrollos y los problemas de la Psicología clínica cuando se conocen sus antecedentes históricos. El objetivo de este capítulo es, precisamente, pasar revista a esos antecedentes, comenzando por los factores que mayor influencia tuvieron en el nacimiento formal de la Psicología clínica en 1896, prosiguiendo con el crecimiento de este campo hasta la fecha. Muchos datos que vamos a mencionar aquí, están tomados de Reisman (1966) y de Watson(1953). Referimos a estos autores a quienes deseen conocer más ampliamente los aspectos históricos de la Psicología clínica.
El cuadro 2-1 es una cronología general de la Psicología clínica y la tabla 2-1 muestra cómo han ido creciendo algunos aspectos de la Psicología clínica.
Cuadro 2-1 Algunas fechas y acontecimientos importantes de'la historia de la
Psicología clínica
1879 Wilhelm Wundt organiza el primer laboratorio de Psicología en la Universidad deLeipzig.
1885 Sir Francis Galton organiza el primer centro de pruebas mentales en el South Kenssington Museum de Londres.
1890 James McKeen Cattell acuña el término "pruebas mentales".
1892 Se funda la American Psychological Association APA (su primer presidente; G. tanley Hall).
1895 Breuer y Freud publican sus Estudios sobre la histeria.
1896 Lightner Witmer funda la primera clínica psicológica, en la Universidad de Pennsylvania
1905 Se publican en Francia las escalas de inteligencia Binet-Simon. Freud publica sus Tres ensayos sobre la Teoría de la sexualidad.
1907 Witmer funda la primera revista de Psicología clínica: Psychological Clinic.
1908 Vineland Training School ofrece el primer internado clínico.
1909 William Healy funda en Chicago el primer centro de orientación infantil, el Juvenile Psychopatic Institute. Se funda el National Committee for Mental Hygiene. Freud da conferencias en Clark University.
1910 Se publica la traducción inglesa de Goddard de la revisión de 1908 de la escala de inteligencia Binet-Simon.
1912 J.B. Watson publica Psychology as a Behaviorist Vlews It.
1916 Se publican las pruebas de inteligencia Stanford-Binet de Terman.
1917 Los psicólogos clínicos se separan de la APA y forman la American Association of Clinical Psychology (AACP).
1919 La AACP se une otra vez a la APA, formando una sección de clínicos.
1920 Watson y Rayner demuestran que el miedo de un niño puede ser resultado de un aprendizaje.
1921 James McKeen Cattell forma la Psychological Corporation.
1924 David Levy introduce el Rorschach en Estados Unidos. Mary Cover Jones emplea principios de pedagogía para eliminar los temores infantiles.
1931 La sección clínica del APA nombra una comisión para normalizar los programas de formación clínica.
1935 Se publica la prueba de Murray de apercepción temática (TAT).
1936 Louttit pública el primer texto de Psicología clínica: Clinical Psychology.
1937 La sección clínica de la APA se separa y forma la American Association for Applied Psychology (AAAP).
1938 Se publica el primer Mental Measurement Yearbook de Buros.
1939 Se publica la prueba de inteligencia Wechsler-Bellevue.
1942 Cari Rogers publica Counseling and Psychoterapy.
1943 Se publica el Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI).
1945 El AAAP se une nuevamente al APA.
1946 La Veterans Administration y el National Institute for Mental Health comienzan a dar apoyo a la formación de psicólogos clínicos.
1947 Se organiza la American Board of Examiners in Professional Psychology.
1949 Tiene lugar la convención de formación de Psicología clínica en Boulder, Colorado.
1953 Se publican los Ethical Standards for Psychologists de la APA.
1956 Convención sobre formación de Stanford.
1958 Convención sobre formación de Miami. Joseph Wolpe publica su Psychotherapy by Reciprocal Inhibitlon.
1965 Convención sobre formación de Chicago.
1973 Convención sobre formación dq Vail, Colorado.
Tabla 2-1 Algunos datos sobre el crecimiento de la Psicología clínica. Página 46 del pdf
RAICES DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA¿Por qué los psicólogos clínicos utilizan tanto la evaluación? ¿Cómo se desarrolló la investigación en Psicología clínica? ¿Por qué solamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial se popularizó la Psicología clínica? ¿Qué explica el número relativamente pequeño de psicólogos clínicos que dedican tiempo completo a la práctica privada de la profesión?
Para poder responder a estas y a otras preguntas semejantes y, de hecho, para poder explicar la Psicología clínica moderna, se deben tomar en consideración tres grupos de hechos históricos y sociales que dieron a este campo sus características iniciales y que, aun hoy, siguen teniendo influencia. Estos son: 1) la manera como se han utilizado los métodos científicos en la Psicología, 2) la manera como se ha ido desarrollando el interés por las diferencias individuales de los seres humanos,y 3) la manera como se han visto los problemas de la conducta y la actitud que se ha tenido ante ellos a través de los años. Los dos últimos grupos de factoreshan determinado en buena parte lo que hacen (y lo que no hacen) los psicólogos clínicos, mientras que el primer grupo ha definido cómo lo hacen.
La investigación en Psicología.
Rebasa los límites de este capítulo el intentar hacer una historia de la Psicología,cosa que, por otro lado, ya ha sido intentada de manera admirable (p.e. Boring,1950; Hilgard, 1978; Watson, 1963). El aspecto más importante que debemos considerar aquí es, que desde los inicios de la Psicofísica de Fechner y Weber, la Fisiología experimental de Helmholtz y los trabajos del primer "verdadero" psicólogo,Wilhelm Wundt, en el siglo XIX se intentó establecer la psicología como una ciencia que utilizaba los mismos métodos y procedimientos de investigación que las otras ciencias naturales como la Biología y la Física. Aunque las raíces históricas de la Psicología estaban en la Filosofía, y aunque muchos de los primeros psicólogos se preocupaban por problemas filosóficos como el de las relaciones entre espíritu y cuerpo, esta disciplina enfocó estos y otros aspectos de la conducta humana por medio de investigaciones, utilizando como método las armas poderosas de la ciencia: la observación y la experimentación. Así, la historia original de la Psicología, que comienza "oficialmente" con el laboratorio de Psicología de Wundt en la Universidad de Leipzig, en 1879, se identifica con la historia de la Psicología experimental.
En el momento en que comenzó a surgir la Psicología clínica, unos 17 años después de que Wundt fundara su laboratorio, ya estaba establecida la tradición de la investigación experimental para la Psicología. En ese momento yá había laboratorios de Psicología en la mayor parte de las Universidades de Europa y de Estados Unidos, y los psicólogos de aquel tiempo estaban muy ocupados experimentandolas sensaciones, la percepción, la memoria, la asociación, las emociones, los tiempos de las reacciones y muchos otros aspectos de la conducta humana. Resultó espontáneo que los primeros psicólogos clínicos, con formación de psicólogos, habituados ya a pensar como científicos y a usar los métodos de laboratorio,utilizaran estos sistemas en los problemas clínicos. El éxito obtenido fue irregular, pero la tradición de investigación qué aportaron quedó establecida y fue creciendo en el nuevo campo hasta él día en que la Psicología clínica fue aceptada como una profesión cuyos expertos investigan y valoran los conocimientos que se van adquiriendo en los aspectos clínicos de la conducta humana yen los modos como puede cambiar el comportamiento.
La tradición de investigación presente en la Psicología ha llevado siempre a los psicólogos clínicos a investigar experimentalmente la precisión y el valor de su trabajo. Desde el principio, los psicólogos clínicos han usado los métodos de laboratorio para hacer la evaluación de lo que están haciendo. Estas investigaciones han aumentado paulatinamente la popularidad de que goza la Psicología clínica, al ir descubriendo la utilidad de esta especialidad. La tendencia que tienen los psicólogos clínicos a realizar evaluaciones a fondo, los ha llevado a la investigación de los mismos métodos que emplean; como muchos otros psicólogos, también ellos investigan con frecuencia con qué eficacia están llevando a cabo sus investigaciones.
Hay quienes afirman que el lazo más fuerte que une a la Psicología clínica con la Psicología general es la orientación y la pericia en la investigación en la qu elos psicólogos clínicos basan su reputación. Si ese lazo se debe mantener, intensificaron disminuir en la formación y en las actividades diarias de los psicólogos clínicos es una de las cuestiones más debatidas hoy en día. Más adelante lo veremos en detalle.
En pocas palabras; la tradición de investigación de la Psicología experimental ha servido para el refinamiento de la Psicología clínica; le ha suministrado su metodología, ha provocado la evaluación empírica de las funciones de la Psicología clínica, y su discusión ha formado en los psicólogos clínicos una sana actitud de auto análisis.
El interés por las diferencias individuales.
Como la Psicología clínica se ocupa de casos concretos, no pudo aparecer como especialidad hasta que se reconocieron las diferencias existentes entre los seres humanos y hasta que esas diferencias se comenzaron a medir. No podía haber gran impulso para estudiar los casos particulares en un mundo en el que se pensaba que todos éramos más o menos iguales. Ahora nos parece "natural" aceptar que cada persona es hasta cierto punto única, con intereses, capacidades, inteligencia y personalidad diferentes de los demás, pero esta postura es relativamente reciente.
Siempre se habían admitido ciertas diferencias entre los seres humanos y, en algunos casos, se había intentado tomarlas en cuenta. Platón, en su República ya decía que las personas debían desempeñar el trabajo para el que tuvieran mayores aptitudes y, concretamente, recomendaba que, antes de aceptar en el ejército a los candidatos, debían probarse para saber si eran capaces de hacer la guerra. Du-Bois (1970) y McReynolds (1975) hacen relatos fascinantes de los métodos usados por Pitágoras (siglo VI a.C.) para escoger a los miembros de su hermandad, basándose en características faciales, de inteligencia y de emotividad; y también describen el sistema chino, con 4000 años de existencia, utilizado para conocer las habilidades de los posibles candidatos a puestos gubernamentales. La conciencia de la existencia y de la importancia potencial de las características individuales se puede seguir a través de los siglos siguientes, pero no es sino hasta los inicios del siglo XIX cuando comienza a adquirir importancia la atención cuidadosa y sistemática de las sutiles diferencias psicológicas existentes entre los individuos. Hasta entonces, se clasificaba a todas las personas en unas cuantas categorías: hombre-mujer, bueno-malo, en su sano juicio-loco, sabio-tonto, campesino-aristócrata.
Los primeros desarrollos de medición científica de las diferencias entre individuos provienen de dos fuentes por demás heterogéneas: la astronomía y la anatomía.La anécdota en astronomía es la siguiente: En 1796, Nevil Maskelyne era el astrónomo real del observatorio de Greenwich (Inglaterra). Tenía un asistente llamado Kinnebrook, cuyos registros de los momentos en que varias estrellas o planetas cruzaban por un determinado punto del firmamento diferían de los de su jefe, por pequeñas pero importantes cantidades que iban de cinco a ocho décimas de segundo. La estructura de poder de ese tiempo era bastante similar a la de nuestros días, por lo que Maskelyne estaba seguro de que sus observaciones eran correctas y las de Kinnebrook eran erróneas. El resultado fue el que tenía que ser:Kinnebrook perdió su trabajo.
Este incidente no hubieran tenido consecuencias, a no ser porque se mencionó en una historia del Observatorio de Greenwich que se publicó en 1816. El hecho llamó la atención de F.W. Bessel, un astrónomo del Observatorio de la Universidad de Kónisberg (Alemania). Beseel, se preguntó si los "errores" de Kinnebrook no podrían explicarse por las características de los observadores, por lo que durante los años siguientes, se dedicó a comparar sus propias observaciones con las de otros astrónomos experimentados. Bessel constató que aparecían diferencias regulares y que la importancia de las mismas dependía de la persona con la que comparaba sus propios resultados. Las diferencias o errores de cada individuo se comenzaron a conocer como la "ecuación personal", puesto que las correcciones se tenían que basar en las características personales de cada astrónomo.El trabajo de Bessel llevó más tarde a investigaciones psicológicas sobre la velocidad y las diferencias individuales en el tiempo de las reacciones.
La segunda fuente del interés inicial por las variaciones entre los individuos fue el estudio de la frenología, que apareció por primera vez en Europa, en los inicios del siglo xix, con los trabajos del anatomista Franz Gall y de su discípulo Johann Spurzheim. Más tarde, Spurzheim y dos escoceses discípulos suyos, Georgey Andrew Combe, llevaron la nueva "ciencia" a Estados Unidos. En su infancia,en Alemania, Gall pensaba encontrar relaciones entre la forma de la cabeza de sus compañeros y sus características mentales. Esta idea le sirvió más adelante, para establecer los principios de la frenología, en la que se supone: 1) que cada área del cerebro está relacionado con una facultad o función (como el aprecio de sí mismo,el lenguaje o la reverencia), 2) que cuanto más desarrollada está el área, tanto más se manifiesta la función en el comportamiento, y 3) que el mayor o menor desarrollo de cada facultad se puede determinar por las protuberancias o depresiones del cráneo.
Aunque la teoría de Gall era parcialmente correcta (el cerebro representa el papel principal en la determinación del comportamiento, y sus funciones están hasta cierta medida localizadas) tenía muchos errores. Las conclusiones a las que llegó y los procedimientos que utilizaba provocaron el desprecio de los científicos de su tiempo. A pesar de todo, Gall hizo viajes por toda Europa, midiendo las protuberancias de los cráneos de muchas personas. Empezó con presos o con enfermos mentales cuyas características de comportamiento estaban bastante bien establecidas (pensaba que la protuberancia de la "adquisitividad" estaba particularmente desarrollada en los carteristas). Pero, más tarde, con la influencia de Spurzheim, se comenzó a aplicar la Frenología a capas más respetables de la población, desarrollándose un mapa de los treinta y siete "poderes'' u' 'órganos''de la mente (Fig. 2-1).
Figura 2.1 Mapa frenológico de Spurzheim. (Tomado de Edwin G. Boring, A History of Experimental Psychology, 2a. Ed. ©. 1950, p. 55. Reimpreso con autorización de Prentice-Hall, Inc., EnglewoodCliffs, New Jersey.) Página 50
La importancia que tuvo para la Psicología clínica la Frenología, cuando cayó en total descrédito, no fue su valor o sus errores, sino su orientación para evaluarlas características individuales. Su método sistemático y su cruda taxonomía o clasificación de los rasgos humanos la hicieron famosa (McReynolds, 1975).Gall, Spurzheim y los frenólogos que los siguieron se especializaron en "palpar" cabezas, manifestando después a los interesados su perfil mental. Este procedimiento puede ser el origen de la expresión "ya le examinaron la cabeza" y es la anticipación de uno de los objetivos (aunque no de los procedimientos) del diagnóstico de la Psicología clínica.
A pesar del fracaso de la Frenología, la idea de medir las características mentales o de comportamiento, por medio de mediciones físicas, no desapareció inmediatamente.Sobrevivió en los trabajos de Cesare Lombroso (1876), un psiquiatra italiano que relacionaba las características faciales con la conducta criminal, y, ya en el siglo XX, en los sistemas de tipo corporal de Ernst Kretschmer y William Sheldon.Hoy día, los científicos no toman en serio estas teorías, que forman parte de nuestro folklore.
La anécdota de Kinnebrook y la aparición de la Frenología fueron muy importantes para descubrir la posible importancia de las diferencias personales y para aprender a medirlas, pero no fue sino hasta fines del siglo xix cuando comenzaron a aparecer los procedimientos que llegarían a formar las bases de diagnóstico de la Psicología clínica. Estos procedimientos eran muy diferentes de los que hemos visto hasta aquí, porque, en vez de medir dimensiones físicas y observar las diferencias de comportamiento de unos cuantos individuos muy seleccionados, consistían en recopilar en forma sistemática muestras de comportamiento de grupos relativamente numerosos de personas, como respuesta a una serie normalizada de estímulos. Estas muestras de comportamiento se usaron en un primer momento como enunciados generales de las características mentales individuales, pero, después,en la medida en que fue creciendo la complejidad de la estadística, sirvieron para establecer normas grupales, a partir de las cuales se pudo calificar cuantitativamente a las personas. Hacia 1890, estos procedimientos ya se llamaban pruebas mentales, pero para conocer su origen es necesario remontarse unos treinta años.
En 1859, Charles Darwin publicó su importante trabajo, El origen de las especies,en el que insistía en la importancia de dos ideas: 1) la variación de las características individuales en el interior de y entre las especies (incluyendo a los humanos) y 2) la importancia de la selección natural basada en parte en estas características individuales. El primo de Darwin, sir Francis Galton quedó fascinado con estas ideas. Galton era un rico caballero-científico inglés, que aunque nunca tuvo ningún puesto académico, hizo contribuciones importantes para los conocimientos de varias ciencias. Estudió Medicina y Matemáticas y trabajó después en áreas tan diversas como la Estadística, la Meteorología, la Electricidad, la Geografía y la identificación de las personas por medio de las huellas digitales. El interés que Galton representa para nosotros estriba en el esfuerzo que hizo para analizar las teoríasde Darwin aplicándolas a la herencia de las diferencias personales.
A Galton le interesó mucho demostrar que la "genialidad" se reproduce por familias (los resultados de su trabajo se publicaron en 1869 bajo el título HereditaryGenius). Pronto se dio cuenta que para explorar las características mentales,uno debe contar con medios sistemáticos y científicos de medición. Durante veinte años dedicó parte de su tiempo a inventar gran número de procedimientos, destinados a valorar distintos aspectos de la conducta humana. Estos trabajos aparecieron con el título de Inquines into Human Faculty and Its Development (1883), libro extraordinario que le valió a Galton ser considerado como el padre de las pruebas psicológicas.^
Las pruebas de Galton intentaban medir capacidades, estructuras y funciones estables de la mente, porque él así concebía al ser humano. Por ejemplo, trataba de distinguir el nivel de inteligencia basándose en la capacidad individual de distinguir pequeñas variaciones de peso y de temperatura de los objetos o en la percepción de variación en la intensidad del dolor. Intentó medir las diferencias de viveza de las imágenes mentales, para lo que inventó un cuestionario (véase el cuadro 2-2).
Cuadro 2-2 Una muestra del cuestionario de Galton
Piense en algún objeto definido —por ejemplo en la mesa del desayuno, en el momento que se sentó frente a ella hoy en la mañana— y considere con atención la imagen que aparece en su imaginación.
1 Iluminación—¿La imagen es borrosa o muy clara? ¿Su luminosidad es comparable a la de la realidad?
2 Definición—¿Todos los objetos están definidos al mismo tiempo o la claridad de algunos es menor que la de la realidad?
3 Coloración—¿Los colores de la porcelana, del pan tostado, de la corteza del pan, de la mostaza, de la carne, del perejil o de cualquier objeto que haya estado sobre la mesa, son claros y naturales?
También se interesó en las variaciones del proceso de asociación, para lo que desarrolló una prueba de asociación de palabras, mucho antes de que se formularan pruebas de este tipo con finalidades clínicas. Galton comenzó haciéndose la prueba él mismo, escribiendo series de palabras en distintas hojas de papel, descubriéndolas después una tras otra, y anotando las asociaciones que le provocaban.
Para recopilar datos abundantes sobre las diferencias individuales físicas y mentales, Galton organizó un laboratorio en Londres, donde, por una módica suma,el gran público podía hacer una serie (o batería), de pruebas y recibir los resultados(Watson, 1963). Este fue el primer centro de pruebas mentales;2 y formó parte de la exposición de la salud en la Exposición Internacional de 1884 (antecesoras de las Ferias Mundiales), antes de ser instalado definitivamente en el LondonSouth Kensington Museum, en 1885. El centro de Galton funcionó seis años,durante los cuales se hicieron pruebas a 9 337 personas (Reisman, 1966).
Los pocos psicólogos que existían en esos tiempos dedicaban su esfuerzo a la investigación de laboratorio de los principios generales del comportamiento humano, pero, a finales de los años ochenta, algunos comenzaron a interesarse por la medición de las diferencias individuales del funcionamiento de la mente. La unión entre esta medición de las diferencias individuales y la nueva ciencia psicológica se debe a James McKeen Cattell, un americano que recibió su doctorado en Psicología en Leipzig, en 1886, bajo la dirección de Wundt. El interés que Cattelltenía por aplicar los métodos psicológicos al estudio de las diferencias individuales,que ya aparecía en su tesis de doctorado sobre las variaciones individuales en el tiempo de reaccionar, aumentó por sus contactos con Galton, al estar dando clases en la Universidad de Cambridge en 1887, y ese interés lo debía acompañar toda su vida. En 1888, Cattell fundó el tercer laboratorio de Psicología en Estados Unidos 3 y para 1890 implantó el vocablo "pruebas mentales" en un trabajo que llevaba el título de "Mental Tests and Measurements". Reisman (1966, p. 29)describe así la orientación de Cattell: "Cattell decía que por medio de las pruebas mentales se podrían llegar a descubrir las constantes de los procesos de la mente,su interdependencia y sus variaciones. Ya preveía las aplicaciones prácticas de las pruebas para la selección de personal y para la detección de enfermedades" (las itálicas son del autor de este libro). Esta previsión de las posibilidades que podrían llegar a tener las pruebas mentales, claramente anunciaba los comienzos de la Psicología clínica.
La experiencia de laboratorio de Wundt enseñó a Cattell que "la Psicología no puede llegar a tener la certeza y exactitud de las ciencias físicas a menos que se base en experimentos y en mediciones" (Cattell, 1890, citado por Dennis, 1948,p. 347); por eso, una de sus principales preocupaciones fue preparar una batería estándar de pruebas mentales para los investigadores interesados en las diferencias existentes entre individuos. Las diez pruebas que escogió reflejan su orientación(herencia de Wundt y Galton) de usar el funcionamiento sensomotor como índice del nivel de capacidad mental:
1 Presión ejercida en el dinamómetro
2 Capacidad de movimiento (tiempo requerido para mover el brazo una distancia determinada)
3 Áreas de sensación (umbral de distinción de dos puntos)
4 Presión que causa dolor (punta de hule dura aplicada contra la piel)
5 Mínimo percibido de diferencia de peso
6 Tiempo de reacción para el sonido
7 Tiempo necesario para nombrar colores
8 Bisección de una línea de 50 cm
9 Apreciación del paso de diez segundos
10 Número de letras repetidas después de oírlas una vez Cattell también recopiló información menos sistematizada de otras características personales como los sueños, las enfermedades, las preferencias, las actividades recreativas y los planes para el futuro (Shaffer y Lazarus, 1952).
Aunque esta batería de diez pruebas nunca tuvo una gran proyección, no fueron pocos los investigadores que en ese tiempo se dedicaron a hacer mediciones mentales del tipo Galton-Cattell. En la Universidad de Wisconsin, por ejemplo, en 1890, Joseph Jastrow medía el funcionamiento de la mente con pruebas de visión, de preferencias de colores, de audición, de sensibilidad al dolor, de tiempos de reacción, de memoria y de imaginación. En 1891, Franz Boas de Clark University usaba pruebas sencillas sensoriomotoras para medir la "agudeza intelectual"de los niños. En Yale, en 1894, J. A. Gilbert descubrió que la velocidad de los golpecitos y el juicio de las distancias iba en relación directa con la clasificación que los maestros hacían entre los niños que consideraban como "brillantes"o "lentos".
A pesar de su popularidad, las pruebas sonsoriomotoras tuvieron detractores que insistían en las diferencias que se encontraban entre los resultados de las pruebas y la realidad (p. ej. Sharp, 1899; Wissler, 1901; ambos citados por Reisman,1966). Para entonces, ya habían aparecido en varios lugares otras posiciones sobre pruebas mentales. En 1891, Hugo Münsterberg, un psicólogo de la Universidad de Freiburg (Alemania), ya había preparado una serie de catorce pruebas para medir la capacidad mental de los niños. Estas pruebas iban más allá de las de Galton-Cattell, incluyendo funciones más complejas como la lectura, la clasificación de objetos y operaciones matemáticas. Cuando Münsterberg llegó a ser director del laboratorio de psicología de la Universidad de Harvard en 1892,llevaba con él las pruebas mentales más complejas que habían desarrollado.
El psiquiatra alemán Emil Kraepelin (creador del primer sistema de clasificación de los desórdenes del comportamiento) también elaboró pruebas destinadas a medir funciones mentales más complejas. En 1895, Kraepelin sugirió que las pruebas mentales debían basarse en: 1) la capacidad de ser influenciado por la práctica, 2) la permanencia de los efectos de la práctica, 3) la memoria general, 4)la memoria especial, 5) la fatiga, 6) la velocidad para recuperarse de la fatiga, 7) la profundidad del sueño, 8) la capacidad de concentración y atención para no distraerse,y 9) la adaptabilidad para trabajar bien en medio de distracciones" (Shaffer y Lazaras,1952, p. 13).
El último, y quizás el más importante, fue un abogado y científico francés que había estudiado medicina y tenía interés en la Psicología. En 1895 comenzó a desarrollar sistemas para medir las operaciones mentales complejas de los niños normales y de los niños retrasados. Su nombre era Alfred Binet. Su interés en este tipo de pruebas provino de la convicción que había ido abriéndose paso a lo largo del siglo xix, de que los niños retrasados mentales (que habían sido considerados como "psicóticos" hasta 1838) podrían recibir cierta ayuda, si se les identificara y se les diera una educación adecuada.4 Para 18%, Binet y su colega, Victor Henri,ya habían preparado una batería de pruebas que no sólo medían los "procesos simples" de apreciación de espacios, la habilidad motriz, el esfuerzo muscular y la memoría; también medían la comprensión, la atención, la sugestionabilidad, la apreciación estética y la valoración moral.
Así, ya en 1896, la Psicología no solamente se preocupaba por medir las diferencias individuales del funcionamiento de la mente; además, alentaba dos perspectivas que, hasta cierto punto, se recubrían para llevar a cabo su cometido: 1)por una parte el sistema Catell-Galton de pruebas sensoriomotoras con el que se determinaban las estructuras mentales relativamente estables, y 2) por otro lado,los instrumentos diseñados por Binet y otros que analizaban las funciones mentales más complejas. Ambas perspectivas fueron importantes para el desarrollo dela Psicología clínica, la primera porque propició la aparición de la primera clínica de Psicología, la segunda porque preparó las pruebas mentales que habían de dar a la nueva disciplina su identidad.
El resto de la historia, por el momento, debe esperar hasta que hayamos visto el tercer elemento que influyó en la Psicología clínica: los cambios de opinión que se operan sobre los desórdenes del comportamiento y sobre la manera de tratarlos.
Creencias acerca de los desórdenes conductuales.
Desde los inicios de la historia, el ser humano ha tenido que enfrentarse con el problema que representa la conducta que se considera inapropiada, poco usual,extraña, inesperada, perturbada o aparentemente irracional. Pasar revista a las explicaciones y actitudes para tratar ese problema, que han ido apareciendo y desapareciendo a lo largo de los siglos, es una lectura apasionante (p. ej. Davidson yNeale, 1974; Sarason, 1976; Ullmann y Krasner, 1975; Zilboorg y Henry, 1941); sin embargo, más que intentar cubrir todas las etapas de esas historias, vamos a ver aquí cómo fueron evolucionando, a lo largo de los siglos, las ideas que se fueron teniendo sobre las perturbaciones mentales, para mostrar cómo esas ideas fueron dando importancia social a varias profesiones, entre las cuales se encuentra la Psicología clínica.
Las explicaciones primitivas atribuían las perturbaciones mentales a agentes sobrenaturales. Los grupos humanos primitivos pensaban que los individuos que actuaban en forma extraña eran poseídos por espíritus o demonios, y el tratamiento consistía, con frecuencia, en distintas clases de exorcismo (incluyendo aveces la trepanación, o perforación de pequeños orificios en el cráneo, para permitirla salida de los malos espíritus)5. En Grecia, antes de Hipócrates, estas convicciones seguían presentes con ciertas variantes; el comportamiento enfermo se atribuía a la influencia de algún dios. "La locura profética tenía como dios patrocinadora Apolo, la locura ritual se atribuía a Dionisio, la locura poética era inspirada por las Musas y la locura erótica provenía de Afrodita y de Eros" (Ullmann yKrasner, 1975, p. 121). Incluso en las culturas primitivas que practicaban el monoteísmo, Dios podía originar problemas de comportamiento. En el Antiguo Testamento, por ejemplo, se dice que ''el Señor los va a golpear con la locura, la ceguera y la perturbación del corazón" (Deut 28,28).
Mientras dominó la idea de que las perturbaciones mentales tenían origen divino,la filosofía y la religión tenían la obligación de ocuparse de ellas. En ocasiones,los encargados de estos asuntos eran también personas que tenían perturbaciones.En Grecia, por ejemplo, se consideraban apropiados para ayudar a otros, quienes presentaban ciertas perturbaciones de conducta y eran habilitados como sacerdotes o sacerdotisas. En otros pueblos más primitivos, se consideraban como shamanes o curanderos aquellos que habían estado poseídos o influenciados por seres sobrenaturales.
La explicación demoníaca o celestial era todavía muy fuerte cuando en el siglo IV a.C, el médico griego Hipócrates comenzó a afirmar que las afirmaciones de la conducta se debían a causas y a procesos naturales. La "enfermedad sagrada" (la epilepsia) por ejemplo, "no era ni más divina ni más sagrada que las demás enfermedades, sino que tenía causas naturales que la provocaban, exactamente igual que todas las otras enfermedades" (citado en Zilboorg y Henry,1941, p. 44). Más aún, según él, los desórdenes del comportamiento, como los demás desórdenes, se debían a la distinta distribución en el cuerpo de cuatro fluidos o humores básicos: la sangre, la bilis negra, la bilis amarilla y las flemas. Esta teoría, que, generalmente, se conoce como la primera explicación médica de las perturbaciones del comportamiento, formó el concepto de enfermedad mental y legitimó la situación para curarla. Desde Hipócrates hasta la caída de Roma en 476, la medicina y sus complicados modelos fueron los que dominaron el ambiente para explicar las enfermedades mentales.
Durante la Edad Media, el retorno a las explicaciones demoniacas hizo desaparecer completamente la actitud médica. La Iglesia se convirtió en la institución social y legal más importante de Europa, y el clero nuevamente se hizo cargo de la conducta aberrante. Los médicos continuaron siendo miembros respetados de la sociedad pero se vieron reducidos al tratamiento de enfermedades físicas. Muchos de ellos encontraron la solución al problema haciéndose sacerdores. "En el siglo xin. . .la mayor parte de los médicos eran también miembros del clero" (Ullmann y Krasner,1975, p. 124).
La Iglesia comenzó a tratar a los "locos" con humanidad, exorcizando a los malos espíritus. Zilboorg y Henry (1941, p. 131-132) citan una oración del siglo,destinada a curar la histeria, considerada como enfermedad femenina provocada por el útero que por influencia del demonio flotaba por todo el cuerpo:
¡Oh vientre, vientre, vientre, vientre cilindrico, vientre rojo, vientre blanco, vientre carnoso, vientre sangrante, vientre grande, vientre neufrédico, henchido vientre, oh tu demoniaco!... Te conjuro, oh vientre, en el nombre de la Santísima Trinidad para que vuelvas al lugar del que nunca te debiste mover ni debiste cambiar ... regresa, sin cólera,al lugar en que Dios te puso en un principio.. .Te conjuro qué no dañes a esta sierva de Dios N., no ocupes su cabeza, o su garganta, su cuello, su pecho, sus oídos, sus dientes, sus ojos, sus narices, sus hombros, sus brazos, sus manos, su corazón, su estómago,su bazo, sus riñones, su espalda, sus costados, sus coyunturas, su ombligo, sus intestinos, su vejiga, sus muslos, sus espinillas, sus talones o sus uflas, descansa tranquilamente en el lugar que Dios escogió para ti, para que esta sierva de Dios pueda retornara su salud primitiva.
Más tarde, la Iglesia se quitó los guantes y dejó de ser amable y comprensiva.Los que mostraban o eran sospechosos de conductas equívocas comenzaron a sertratados como herejes, poseídos (quizás con su consentimiento) y bajo el control del demonio. Los médico-sacerdotes comezaron a "diagnosticar" cuidadosamente estos casos buscando en la piel los signos del demonio (stigmata diaboli) (Spanos,1976). Evidencia condenatoria de posesión diabólica eran los "puntos muertos" o anestesias locales que se descubrían picando las distintas regiones del cuerpo con agujas.Hecho el "diagnóstico" de posesión (lo que sucedía con frecuencia) comenzaba el "tratamiento". Este consistía en aplicar torturas para obtener la confesión de herejía y, en ocasiones, condenar a la hoguera. No era necesario manifestar desviacionese videntes para recibir el tratamiento, pero quienes las tenían eran candidatos casi con seguridad.
Esta actitud siguió durante largo tiempo en Europa y, después, se trasplantó a América, donde duró hasta el siglo xvín (la última ejecución oficial registrada de una "bruja" tuvo lugar en Salem, Massachusetts, en 1962: y en una época tan tardía como el año 1782, decapitaron a una "bruja" en Suiza).
Mucho tiempo antes de que se pusiera fin a estas atrocidades, el origen demoniaco de las enfermedades se comenzó a cuestionar por algunos médicos y estudiosos,y poco a poco el tratamiento de los enfermos mentales comenzó a ser el confinamiento en hopitales y asilos de nueva fundación, como el St. Mary ofBethlehem de Londres (fundado en 1547 y conocido por los habitantes del lugar como: "bedlam"). El movimiento de hospitalización creció y salvó muchas vidas,pero no necesariamente hizo que les valiera la pena el vivir. Aunque, en el siglo XVIII se llegó a la convicción de que los "locos" eran enfermos mentales (y no poseídos por el demonio), la medicina, que todavía no se hacía cargo del problema,tenía poco que ofrecerles. Y como el gran público no estaba completamente convencido de que los demonios no danzaban alrededor de los enfermos mentales,los "locos" se convirtieron en poco menos que prisioneros. Vivían en condiciones infrahumanas y más que nada lo que importaba era su custodia. El tratamiento que se les proporcionaba provenía de médicos que estaban convencidos de que las enfermedades mentales eran producidas por lesiones en el cerebro, o por sobre abundancia de sangre en el cerebro (una idea tomada de Hipócrates). En St. Maryof Bethlehem, "un médico visitaba a los enfermos para darles tratamiento: sangrías a todos los pacientes en abril, purgas y vómitos a los sobrevivientes en mayo,y otra vez sangrías en octubre. En instituciones más pequeñas. . . un médico hacía una visita posiblemente cada diez años, para prescribir el tratamiento para la siguiente década. Era práctica común encadenarlos, encerrarlos en calabozos,azotarlos, golpearlos, ridiculizarlos y alimentarlos con los peores desechos"(Reisman, 1966, p. 10).
Gracias a los esfuerzos de los reformadores europeos y americanos del sigloXVII y de principios del xix (Philippe Pinel, William Tuke, Benjamín Rush yEli Todd) se fueron mejorando las condiciones de vida de los enajenados y se les dio un tratamiento más humano, destinado a mejorar su comportamiento (véase el Cap. 12). Pinel inició la era del "iratamienlo moral" con comeniarios como el siguiente: "Es mi convicción que los enfermos mentales son intratables debido únicamente a que carecen de aire puro y de libertad" (citado por Ullmann y Krasner, 1975,p. 135). Con esto comenzó a abrirse paso la idea de que era posible ayudar a los enfermos mentales en vez de simplemente ocultarlos. Pero todavía los médicos no se hacían cargo de su tratamiento y, aparentemente, tenían buenas razones para ello.
A finales del siglo XIX se descubrió que la sífilis era la causa de la paresia generalizada,un síndrome de deterioro cerebral que hasta entonces se había tratado como locura. Esto impulsó la idea de que todos los desórdenes mentales tenían bases orgánicas, y que era necesario hacer investigaciones para descubrirlas. La certeza de que "no hay un pensamiento torcido sin que haya una molécula torcida"(Gerard, 1956, citado en Abood, 1968), unida a la cruzada iniciada por DorotheaDix en los Estados Unidos, aumentó, multiplicó e insistió en los aspectos médicos de las enfermedades mentales, provocando el declinar dé los pequeños(pero efectivos) centros de "tratamiento moral". Eso también hizo más fuerte la convicción de que los desórdenes del comportamiento son enfermedades y que por lo tanto correspondía a los médicos dar el tratamiento necesario.
La investigación médica para encontrar las causas orgánicas y el tratamiento físico de las enfermedades mentales llevó a algunos médicos a descubrir una nueva dimensión, que Zilboorg y Henry (1941) llamaron la "revolución psiquiátrica".Todo comenzó cuando algunos médicos franceses de mediados del siglo XIX comenzaron a examinar el fenómeno que Franz Antón Mesmer había llamado el "magnetismo animal" y que James Braid, un cirujano inglés, llamó poco después "hipnotismo". La investigación y las demostraciones que Jean-Marie Charcot, Hippolyte Bernheim y Pierre Janet hicieron, para demostrar que la hipnosis tenía relación con los desórdenes del comportamiento(especialmente en la histeria), provocaron interés y controversias sobre la posibilidad de que las enfermedades mentales tuvieran origen psicológico, por lo menos en parte, y respondieran mejor a tratamientos psicológicos que a tratamientos orgánicos.
El problema llamó la atención de un joven neurólogo vienes, llamado SigmundFreud, quien, para 1896, ya había propuesto la primera versión de su teoría según la cual los desórdenes de la conducta, como la histeria, no son el resultado de una condición orgánica determinada, sino de la lucha dinámica de la mente humana para satisfacer, por una parte, los deseos instintivos (sobre todo sexuales)que comienzan desde la infancia, y, por otra parte, para adaptarse a las reglas sociales y a las exigencias y restricciones impuestas por el mundo exterior. La presentación de esta teoría produjo, entre los colegas médicos de Freud, una reacción menos que entusiasta. El presupuesto de que niños inocentes son un depósito de bajos instintos sexuales y agresivos no sólo resultaba revolucionaria, sino inaceptable.Un médico llamó las ideas de Freud "un cuento de hadas científico"(Krafft-Ebing, citado por Reisman, 1966, p. 41). A pesar de todo, estas ideas se desarrollaron hasta convertirse en una teoría global de la naturaleza dinámica del comportamiento humano y del comportamiento aberrante, y, en último análisis,determinó un curso completamente nuevo en la Psiquiatría (véase el Cap. 9).
Las teorías de Freud iban a tener también una gran influencia en la Psicología clínica pero su repercusión en este nuevo campo, en 1896, no fueron de importancia,porque la teoría de Freud no era en ese momento más que una idea muy controvertida, porque trataba el aspecto de las enfermedades mentales, restringiendo su campo únicamente a la medicina. La Psicología clínica, que estaba naciendo en ese momento, no tenía pretensiones de dar tratamientos a las personas enfermas, pero, como veremos más adelante, la consideración del dinamismo dela conducta, iniciada por Freud y sus discípulos, determinó las actividades de los psicólogos clínicos en otras áreas y, cuando llegó el tiempo, dio las bases para que la psicología clínica iniciar? la terapia.
EL DESARROLLO DE LA PSICOLOGÍA CLÍNICA
Nacimiento: 1896-1917
Hemos examinado hasta aquí los tres antecedentes más importantes de la Psicología clínica. Después de hacerlo resulta evidente que, a fines del siglo XIX, aparecer como disciplina independiente. La Psicología se consideraba ya como ciencia, y algunos psicólogos estaban comenzando a aplicar los métodos científicos al estudio de las diferencias individuales. Además, la consideración dinámica del comportamiento estaba por surgir en psiquiatría, abriendo nuevos y amplios campos a los psicólogos que se interesaban en las desviaciones del comportamiento.
El primer psicólogo clínico reconocido como tal apareció en este contexto histórico. Se trata de un americano de nombre Lightner Witmer. Antes de recibirse,estudió en la Universidad de Penssylvania, bajo la dirección de James McKeen Cattell, y después de graduarse en 1888 siguió los pasos de su famoso maestro,yendo a Leipzig para preparar su doctorado en Psicología con Wundt. Witmer recibió su doctorado en 1892 y fue nombrado director del laboratorio de psicología de la Universidad de Pennsylvania, que había quedado sin titular el mismo año,al incorporarse Cattell a la Universidad de Columbia.
En marzo de 1896, una maestra llamada Margaret Maguire preguntó a Witmersi podría hacer algo para ayudar a uno de sus discípulos que no podía aprender ortografía. Witmer había dado clases cuando era estudiante y el interés que sentía por los niños lo inclinó a "aceptar el caso". Al hacerlo, Witmer se convirtióen el primer psicólogo clínico e inició lo que llegó a ser la primera clínica psicológica del mundo. La disponibilidad de un psicólogo para ayudar a un niñoen un problema de estudio puede no parecer suficientemente importante para decir que se trata del inicio de una clínica y de una profesión, pero se debe recordar que hasta ese momento la Psicología se había ocupado exclusivamente de estudiar el comportamiento general de las personas, y nunca las había tratado como individuos. La decisión de Witmer resultaba tan fuera de lo común en su tiempo como podría ser, en nuestros días, la de un astrónomo que se pusiera a estudiar cuál sería la órbita óptima de la luna, para sustituir con ella la que ahora sigue.
La postura que tomó Witmer desde el principio fue hacer el diagnóstico del problema del niño, para administrar después el procedimiento apropiado para curarlo. En este primer caso, por ejemplo, resultó que el alumno de la Srita. Maguire tenía un problema de visión. Witmer le recomendó el uso de lentes e hizo que el niño fuera seguido de cerca. El segundo caso de Witmer fue el de un niño con problemas de lenguaje, Witmer lo solucionó proporcionándole un maestro de lenguaje.
Aunque no todo lo que después hizo Witmer llegó a tener la misma influencia,hay ciertos aspectos en estos primeros casos que durante mucho tiempo caracterizaron el trabajo clínico posterior.
1. Los pacientes eran niños. Esto fue natural, porque Witmer había estado dando un curso de psicología infantil que había sido tomado por maestros interesados en ayudar a sus discípulos.
2. Las demandas de ayudar a los pacientes se hicieron porque ya había precedido algún tipo de diagnóstico.
3. Witmer no trabajó solo. Pidió la ayuda de otros expertos, iniciando lo que después se llamó "trabajo de equipo", en el que profesionistas de distintas especialidades contribuyeron a la solución de cada caso determinado.
4. Había interés explícito por prevenir futuros problemas, con el diagnóstico y el tratamiento que se daba.
En la convención de 1896 de la American Psychological Association que tenía entonces cuatro años de fundada, Witmer comunicó a sus colegas que había descubierto un nuevo tipo de psicología y describió sus elementos básicos. Joseph Collins, su amigo allí presente, describe como sigue la escena:
(Witmer dijo) que la psicología era el resultado del examen de muchos seres humanos,uno tras otro, y que el método analítico de discernir las capacidades y defectos mentales va desarrollando una clasificación ordenada de la conducta observada mediante generalizaciones post analíticas. Dijo que la clínica psicológica es una institución de servicio social y público, útil para hacer investigaciones originales y para enseñar a los estudiantes la ortogénesis psicológica que incluye orientación vocacional, educativa, correctiva,de higiene, industrial y social. La única reacción que obtuvo fue que arquearan ligeramente las cejas algunos de los miembros de mayor edad de la Asociación. (Citadopor Broicmarkle, 1947. p. 65.)
La gélida recepción que se otorgó a la ponencia de Witmer se debió a cuatro factores que Reisman resume así:
Primero, la mayoría de los psicólogos presentes se consideraban a sí mismos como científicos y, probablemente, no consideraban digno de ellos el papel que Witmer les estaba atribuyendo. Segundo, incluso si hubieran considerado admirables las proposiciones de Witmer, ninguno tenía la experiencia o la formación necesarias para poder seguirlas. Tercero, no podían poner en peligro su actitud de científicos, tan discutida en esos tiempos, lanzándose a hacer aplicaciones que consideraban prematuras. Cuarto,independientemente de cualquier actitud conservadora o escéptica, Witmer tenía el don de antagonizar a sus colegas. (1966, p. 46.)
Las objeciones segunda y cuarta eran temporales (la formación clínica podía evolucionar y Witmer un día se iba a morir), pero las otras dos eran más importantes y por primera vez se planteaba el problema de considerar a la Psicología como una ciencia o considerarla como una profesión aplicada. Como ya dijimos antes, el problema sigue tan vivo actualmente como lo estuvo en 1896.
A pesar de las objeciones, Witmer siguió su trabajo y agrandó su clínica;contrató una trabajadora social de tiempo completo y empleó a médicos y otros especialistas para que lo ayudaran en el creciente número de casos, que, en ese momento eran sobre todo niños "lentos" o retrasados. Más tarde la clínica comenzó a tratar otro tipo de problemas: de lenguaje, de sensibilidad y de aprendizaje.Fiel a su planteamiento ortogénico (preventivo), Witmer trabajó también con niños "normales" y de alto nivel intelectual, para poder aconsejar y guiar a sus padres y maestros.
En 1897, la clínica inauguró sus cursos de formación con un curso de verano de cuatro semanas sobre Psicología infantil. Consistía en estudio de casos, instrucciones para aplicar las pruebas de diagnóstico de tipo Galton-Cattell y demostraciones de técnicas curativas. Para 1900, ya se estaban atendiendo a tres niños cada día, y el personal de la clínica había crecido: tenía un director (Witmer), un director asistente,cinco expertos en pruebas mentales con estudios de doctorado, una trabajadora social y tres asistentes de la trabajadora social. Por influencia de Witmer, la Universidad de Pennsylvania comenzó a tener cursos de Psicología clínica en el año académico de 1904-1905. En 1907, Witmer dio dos pasos más. Fundó una escuela-internado asociada a sus clínicas de retrasados mentales, y Fundó y publicó la primera revista de Psicología clínica; The Psychological Clinic. En 1909, en las instalaciones de Witmer se habían examinado más de 450 casos y la Psicología clínica era ya una realidad.
Resulta irónico constatar cómo la clínica, la escuela y los cursos de formación de Witmer tuvieron tan poca influencia cuando la nueva profesión fue tomando fuerza.Se podría decir que Witmer lanzó la Psicología clínica, pero no le supo dar velocidad.Probablemente la razón de esto, como dice Watson (1953, p. 79), fue"que Witmer volvió la espalda a todos los aspectos importantes que se fueron descubriendo en Psicología clínica, por lo que su personalidad no tiene más que un significado histórico".
Estos nuevos aspectos a los que volvió la espalda comenzaron a aparecer en la primera década del siglo xx y fueron muy importantes. Entre ellos se cuenta,en primer lugar, la introducción en Estados Unidos de las nuevas pruebas de inteligencia de Alfred Binet: la escala Binet-Simon. Como las pruebas anteriores de Binet, este instrumento analizaba los procesos más complejos de la mente, en vez de analizar las estructuras fijas que preocupaban a Witmer, Binet y Simón habían desarrollado sus pruebas a petición del Ministro de Educación Pública de Francia para determinar qué niños tenían capacidad mental demasiado limitada para poderles permitir la asistencia a las escuelas ordinarias. La prueba Binet-Simon había dado buenos resultados, y a pesar de las insistencia de Binet de que su prueba no era una medida completamente objetiva de la inteligencia, ganó gran reputación.Henry H. Goddard de la Vineland Training School (Nueva Jersey) al estar en Europa en 1908, oyó hablar de la prueba Binet-Simon y la llevó a Estados Unidos para diagnosticar la inteligencia de los "débiles mentales" de la clínica que había fundado dos años antes.
La popularidad de la adaptación que Goddard hizo de la escala Binet-Simon,y la subsiguiente revisión americana hecha por Lewis Terman en 1916 (conocida como la Stanford-Binet), dejó en la sombra a todas las otras pruebas de inteligencia,incluyendo claro está, las que Witmer usaba en Filadelfia. La escala de Binetser vio de catalizador para las funciones de diagnóstico, que hasta 1910 eran pococlaras y habían estado bastante desorganizadas.7 En todo el país, las nuevas clínicas psicológicas (más de veinte en 1914) y las instituciones para retrasados mentales adoptaron el método Binet, dejando de lado, por anticuado, el método de Witmer. Witmer se aferró a sus posiciones y se fue quedando atrás.
Otro importante desarrollo del siglo xx del que Witmer no quiso saber nada fue el diagnóstico de adultos. Se inició en los laboratorios de Psicología que se habían instalado en varios hospitales de enfermos mentales (en Massachusetts,por ejemplo, el McLean, el Worcester State y el Boston Psychopatic, y en Washington D.C., el St. Elizabeth) para ayudar al diagnóstico y tratamiento delos casos de lesiones cerebrales y de otros problemas. Después de 1907, el examen psicológico de todos los pacientes se hizo por rutina, y se comenzaron a hacer diagnósticos en las prisiones para identificar a los presos que estuvieran enfermos y para elaborar los planes de rehabilitación (Rotter, 1971). Esto despertó el interés(y la investigación) de los psicólogos por los adultos que presentaban desórdenes serios. Mientras que el interés por los adultos se fue convirtiendo en el aspecto central de la Psicología clínica, Witmer nunca quiso orientarse en este sentido.
El tercero, y quizás más importante aspecto, fue que Witmer nunca quiso unirse a otros psicólogos interesados en la Psicología clínica en adoptar las teorías freudianas sobre el comportamiento normal y anormal que estaban cobrando fuerza en Psiquiatría. La Psicología clínica se incorporó a este movimiento por la estrecha colaboración que los psicólogos prestaban a los psiquiatras en los laboratorios de los hospitales de enfermedades mentales y en las clínicas de orientación infantil, en las que, a pesar de ser dirigidas frecuentemente por psiquiatras,casi siempre tenían psicólogos prestando allí sus servicios.
El movimiento de orientación infantil en Estados Unidos recibió parte de su impulso del recién organizado National Committee for Mental Hygiene, una asociación fundada por un antiguo enfermo mental, Clifford Beers, con el apoyo de William James, un psicólogo de Harvard, y de Adolf Meyer, el más prestigiado psiquiatra del país. Con fondos donados por el filántropo Henry Phipps, el comité(que después se convirtió en la National Association for Mental Health) trabajó para mejorar el tratamiento de los enfermos mentales y para prevenir los desórdenes psicológicos antes que se presentaran. Las clínicas de orientación para niños seguían estos lincamientos, particularmente en el aspecto preventivo. El primero de estos centros fue fundado en Chicago, en 1909, por un psiquiatra nacido en Londres, de nombre William Healy.
Igual que Witmer, Healy trabajó con niños, en trabajo de equipo (tenía un psicólogo de tiempo completo y trabajadoras sociales consultoras) y le daba mucha importanciaa la prevención, pero su orientación era muy diferente. En primer lugar,en vez de tratar a niños cuyos problemas eran el retraso mental, las incapacidades de aprendizaje u otros problemas de educación, Healy se dedicó a los casos de mala conducta que exigían la atención de las autoridades escolares, de la policía o del tribunal de menores. Además, la clínica de Healy operaba bajo el presupuesto de que los delincuentes juveniles sufrían algún tipo de enfermedad mental, y que si se les daba la atención adecuada, se podían evitar mayores problemas en el futuro.Como Healy había quedado hondamente impresionado por las teorías de Freud cuando había estudiado en Europa en el año académico 1906-1907, su clínica de Chicago tuvo una gran tendencia en este sentido (la clínica se llamó primero Juvenile Psychopathic Institute, y después Institute for Juvenile Research).Como ejemplo, el diagnóstico que hizo Healy de uno de sus primeros casos fue el de histeria con conducta antisocial provocada por sentimientos inconscientes de culpa.
Este enfoque dinámico, afectivo y motivacional discrepaba grandemente dela postura de Witmer, pero recibió un enorme impulso entre los psiquiatras y los psicólogos, cuando el psicólogo G. Stanley Hall el mismo año en que Healy había abierto su clínica, invitó a hablar a Freud y a dos de sus discípulos, Cari Jung y Sandor Ferenczi, en la celebración del vigésimo aniversario de la fundación de laClark University de Worcester, en Massachusetts. Esta celebración y las conferencias que en ella tuvieron lugar, "vendieron" el psicoanálisis a los psicólogos americanos. Las teorías de Freud resultaban compatibles con la importancia que para ellos tenía la manera como la mente humana se conduce con el medio en el que se mueve (el funcionalismo de Willia.ms James y de G, Stanley Hall) en contraposición con el análisis de sus componentes (el estructuralismo de Wundt):"En Estados Unidos se tenía poca paciencia para poder aceptar una Psicología que hace disecciones de la mente humana hasta el más mínimo detalle o que hace disertaciones filosóficas sobre su naturaleza última" (Korchin, 1976, p. 42).
El Journal ofAbnormal Psychology de reciente fundación se convirtió en la fuente más importante de literatura psicoanalítica, por lo que se puede afirmar que "los psicólogos y no únicamente los psiquiatras como generalmente se supone,fueron quienes apoyaron el psicoanálisis en los Estados Unidos" (Watson,1953, p 77). Una de las consecuencias de la conmoción provocada por Freud fue que las clínicas psicológicas y de orientación infantil siguieron poco a poco el modelode Healy y no el de Witmer. Si a esto añadimos la proliferación del uso de las pruebas de inteligencia de Binet, se explica que Witmer se haya ido quedando en la sombra. Su enfoque educativo y su orientación estructural lo hicieron dedicar se a actividades y atender a clientes relacionados cada vez más con Psicología escolar,orientación vocacional y terapias del lenguaje más bien que con Psicología clínica.
Las tendencias ignoradas por Witmer eran eso, tendencias, lo que quiere decir que no hubo cambios instantáneos en los enfoques y procedimientos de la Psicología clínica. La especialidad creció más bien con lentitud e, incluso cuando ya se habían adoptado las pruebas de Binet-Simon, se siguió identificando con la aplicación de pruebas en clínicas y centros de orientación a niños con retraso mental, con perturbaciones emocionales, con problemas de aprendizaje, o con delincuentes. Esta imagen era tan clara en 1913, que no faltaron las críticas de quienes afirmaban que los psicólogos clínicos estaban perdiendo demasiado tiempo con los casos que no tenían remedio y que, además carecían de la debida orientación psicoanalítica. Al mismo tiempo, las escuelas y todos los centros que se ocupaban de la niñez buscaban desesperadamente psicólogos clínicos que aplicaran el gran número de pruebas que deseaban aplicar pues hacerlo se había puesto de moda.
Como se puede imaginar, la necesidad que había de los servicios de los psicólogos superaron ampliamente las críticas, y la especialidad siguió creciendo durante el periodo 1910-1917. Los psicólogos aplicaron infinidad de pruebas tradicionales,elaboraron nuevas e hicieron investigaciones sobre la validez y la confiabilidad de todas. La mayor parte de los nuevos instrumentos diseñados en ese tiempo tenían por objeto medir el nivel de inteligencia, pero algunos ya comenzaban a centrarse sobre el análisis de la personalidad, por medio de asociaciones de palabras o de cuestionarios (véase el Cap. 6).
En ese tiempo, la formación de los psicólogos clínicos era un problema.Había algunas plazas para hacer el internado en la especialidad en lugares como el Vinerland Training School, y aquí y allá se daban algunos cursos para enseñara aplicar las pruebas de inteligencia, pero no había nada formalizado y prácticamente el que quería podía usar el título de psicólogo clínico. La APA, que se consideraba a sí misma muy científica, servía de muy poco. Hasta 1913 no tomó más iniciativa sobre los problemas que se presentaban entre sus miembros, que la de desaconsejar que personas no capacitadas aplicaran las pruebas, nombrando a continuación un comité para determinar qué significaba "no capacitado".
Este fue otro síntoma del problema existente entre "científicos" y "profesionales".En ese entonces, hubo una rebelión pasajera. Un grupo de psicólogos clínicos molestos decidieron que para promover los intereses de su profesión era mejor formar una organización independiente y, en diciembre de 1917, fundaron la American Association of Clinical Psychologists (AACP). Esta decisión no fue de gran ayuda, y, tras la promesa de que la APA se preocuparía más de los problemas profesionales, la AACP se unió nuevamente a la APA como sección clínica, en 1919.
Entre las dos guerras: 1918-1941.
Mientras estas escaramuzas sucedían dentro de la organización, se estaban librando otras batallas, conocidas en la historia como Primera Guerra Mundial. La consecuencia más importante que la guerra tuvo para la Psicología clínica fue centrar la atención de la especialidad en el diagnóstico de adultos no hospitalizados(en contraposición con los pacientes de hospitales y los niños), y, para poder hacerlo, se elaboraron nuevas y variadas pruebas.
Cuando Estados Unidos entró en la guerra, surgió la urgente necesidad de clasificar a un número muy amplio de adultos, en relación con su nivel intelectual y con su estabilidad emocional. Como no existían las técnicas adecuadas, el Ejército pidió a Robert Yerkes (presidente entonces del APA) que estuviera al frente de una comisión de psicólogos experimentales que tenían el cometido de desarrollarlos medios necesarios para este fin.9 Los resultados del trabajo de este grupo fueron las pruebas "Army Alpha" y "Army Beta" que deberían aplicarse a adultos que sabían leer y a adultos analfabetas. Para ayudar a descubrir los desórdenes del comportamiento de los reclutas, el comité Yerkes ofreció las pruebas Army junto con el "Robert Woodworth's Psychoneurotic Inventory" (cuando se presentaba a los soldados tenía el título menos agresivo de "Hoja de datos personales";véase Yerkes, 1921, citado por Dennis, 1948). Rápidamente, el ejército capacitó a psicólogos de todas las tendencias para aplicar las pruebas, y, en 1918,ya se tenía la evaluación de unos dos millones de adultos que habían hecho las pruebas en forma personal o colectiva.
Después de la guerra, los psicólogos clínicos se siguieron ocupando principalmente de los niños, pero comenzaron a multiplicarse las oportunidades de dedicarse a hacer pruebas en las instalaciones que se ocupaban de los adultos. En esos años, los psicólogos ampliaron sus horizontes con nuevas pruebas de inteligencia para niños y para adultos, y con otras pruebas de personalidad, intereses, habilidades específicas, emociones y cualidades. Ellos mismos desarrollaron muchas de estas pruebas, mientras que otras fueron adaptaciones de pruebas europeas de orientación psicoanalítica. Los instrumentos más comunes de esa época fueron: la prueba de habilidad musical de Seashore (1919), la prueba de asociación de palabras de Jung(1919), la prueba de manchas de tinta de Rorschach (1921), la prueba de analogías de Miller (1926), la prueba de Goodenough "dibujo de la figura humana" (1926), la prueba de intereses vocacionales importantes (1927), la prueba de apercepción temática(TAT: 1935), la prueba gestática de Bender (1938), y la escala de inteligencia Weschler-Bellevue (1939).
Apareció tal cantidad de pruebas (más de 500 en 1940) que se necesitó un Mental Measurement Yearbook para catalogarlas (Buros, 1938) y el desarrollo,la aplicación y la evaluación de estos instrumentos siguieron estimulando el diagnóstico y la investigación de los psicólogos clínicos. La aplicación de pruebas, comenzó,además, a ser negocio. En 1921, Cattell formó la Psychological Corporation y comenzó a vender pruebas y a dar asesoría a negocios e industrias. "Las pruebas se convertían en un gran negocio y los psicólogos se debatían entre la alegría que les causaba su triunfo y las objeciones que sentían por comercializarse" (Reisman,1966, p. 181). Los psicólogos clínicos y los otros psicólogos de esta época comenzaban también a investigar y a adelantar teorías sobre temas tan importantes para la Psicología clínica como la naturaleza de la personalidad, el origen de la inteligencia humana (herencia o medio ambiente), las causas de los desórdenes del comportamiento,la naturaleza y las posibles aplicaciones de la hipnosis, y las relaciones entre el aprendizaje y las desviaciones.
Hacia 1930 había, en Estados Unidos, unas cincuenta clínicas psicológicas y al menos una docena de clínicas de orientación infantil. Los psicólogos clínicos que trabajaban en estas instituciones y otras semejantes "tenían la impresión de estar trabajando con problemas educativos, no con problemas psiquiátricos, pero era cada vez más difícil sostener esta diferencia (Reisman, 1966, pp. 176-177).Poco a poco los psicólogos, además de las funciones tradicionales de diagnóstico,entrenamiento e investigación, comenzaron a dar tratamiento, y hacia fines de los años treinta ya había algunos que se dedicaban a la práctica privada. Este nuevo aspecto de la actividad de los psicólogos se desarrolló gracias a las circunstanciasen que trabajaban, la naturaleza misma del instrumental científico de que disponían y el deseo de lograr un status profesional más alto.
La función terapéutica se enfocó en un principio a los niños, y fue el desenvolvimiento natural del trabajo de diagnóstico y de la búsqueda de soluciones en las clínicas de orientación infantil de tipo dinámico lo que fue tomando características terapéuticas, al tratar las relaciones entre padres e hijos. También surgió del creciente prestigio que fueron adquiriendo los psicólogos clínicos por la aplicación de pruebas de personalidad, sobre todo las proyectivas como el Roschach yel TAT. Estas técnicas, que se antojaban un tanto misteriosas, suministraron un lenguaje común entre quienes hacían el diagnóstico (el psicólogo) y la terapia (el psiquiatra) de los pacientes, niños o adultos, incrementando así los contactos delos psicólogos clínicos con la terapia (Wyatt, 1968). Comenzar a dar tratamiento permitió también que los psicólogos clínicos accedieran a funciones mejor pagadas y de mayor responsabilidad, que dependieran menos de las pruebas para tener contacto con la gente, y que se implicaran no con un aspecto sino con "todo el paciente".
Aunque se multiplicaban los medios de trabajo, los clientes y las funciones delos psicólogos clínicos, en los años treinta no se reconocía a la Psicología clínica como profesión. Al comenzar la Segunda Guerra Mundial todavía no había programas oficiales de formación para la Psicología clínica. Pocos tenían un Ph. O. (Philosophy Doctor), algunos tenían un M.A. (Master of Arts o maestría) y muchos B.A.(Bachelor of Arts o licenciatura) o menos. Para trabajar como psicólogo clínico(o sea para poder hacer pruebas mentales) lo único que se necesitaba era haber recibido algunos cursos para aplicar pruebas, algunos de psicología anormal, quizás algo sobre desarrollo infantil, y tener "interés por la gente". Esto hacía que fuera muy poco claro lo que significaba ser psicólogo clínico. "Se podían llamar psicólogos clínicos desde gentes eminentes con altas calificaciones académicas y veinte o treinta años de experiencia. . . hasta estudiantes recién graduados, sin ningún tipo de experiencia,capaces de masticar mal que bien las pruebas del coeficiente mental de Binetsin siquiera entender muy bien la importancia que tenían en los problemas clínicos"(Eysenck, 1950, citado por Watson 1953, p. 96).
Los psicólogos clínicos se sentían frustrados por esta situación, porque además de sentirse incómodos por estar catalogados como profesionistas de segunda clase al ser confundidos con técnicos de pruebas psicológicas, recibían muy poca ayuda de sus colegas de las universidades y de la APA que no se interesaban por mejorar su imagen estableciendo cursos normalizados de formación o exigiendo certificados oficiales. Pero, además, los psicólogos académicos objetaban la validez de la Psicología "aplicada" y se daban cuenta del costo que significarían los programas de formación clínica, por lo que la respuesta de los departamentos de Psicología de las universidades para organizar programas de postgrado en Psicología clínica, fue lenta y se arrastró durante mucho tiempo (Reisman,1966).
Los psicólogos clínicos, tenían la impresión de que la APA, a pesar de las promesas que les hacía, no los apoyaba. Y aunque varias veces, durante las décadas de los años veinte y de los años treinta, había nombrado comisiones para la formación de psicólogos clínicos (e incluso organizó un programa para otorgar el certificado que se exigió durante algún tiempo), su apoyo fue muy mediocre. En 1935, por ejemplo, el comité de la APA que debía determinar las normas de formación de psicología clínica sugirió que los psicólogos clínicos debían obtener un Ph. D. y contar con un año de experiencia supervisada, pero después de entregar sus conclusiones, el comité se dispersó y poco se hizo para realizar lo que se había determinado.
El descontento de los psicólogos clínicos y de otros psicólogos no académicos explotó en 1937; se separaron de la APA y formaron una organización separada,esta vez llamada American Association of Applied Psychology (AAAP), con departamentos de Psicología clínica, de consultoría (counceling), educativa e industrial.Esta organización duró ocho años, antes de unirse nuevamente con la APA.
Para fines de los años treinta ya se estaba operando en todos los campos que actualmente tiene la Psicología clínica: sus seis funciones (evaluación, tratamiento,investigación, enseñanza, consultoría y administración) ya habían aparecido, y aunque no todas habían prosperado, la Psicología clínica había salido de las clínicas,donde estuvo confinada hasta entonces, a los hospitales, las prisiones y otros lugares. Ya trabajaba con niños y con adultos, y había una tendencia muy fuerte a considerarla como rama independiente. Sólo se necesitaba el apoyo de la ciencia madre, la Psicología, y de la sociedad a la que servía para llegar a su mayoría de edad, y estos apoyos llegaron, profusamente, con la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo explosivo.
Como en tiempos de la Primera Guerra, cuando Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial, fue necesario hacer en masa al personal del ejército, pruebas de inteligencia, de aptitudes y de personalidad. Nuevamente se formó un comité de Psicología para hacer frente a la tarea; la psicometría (medida de lamente) y la clínica eran mucho más complejas que en tiempos de la comisión Yerkes,por lo que este comité produjo pruebas psicológicas más numerosas, entre las que se cuentan el Army General Classification Test (prueba para aplicarse en grupo), un cuestionario de diferenciación psiquiátrica llamado el Personal Inventory,pruebas breves de inteligencia, formas resumidas del Rorschach y del TAT, y varias pruebas de aptitudes para selección de oficiales, pilotos y de otros más.
El compromiso de los psicólogos clínicos en la Segunda Guerra Mundial fue mucho más importante que en la primera. Mil quinientos psicólogos (el 25% delos disponibles) sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, y Reisman afirma(1966) que solamente en 1944 veinte millones de militares y civiles fueron sometidos a unos sesenta millones de pruebas psicológicas. Además de aplicar las pruebas, los psicólogos tuvieron que hacer entrevistas, escribir informes psicológicos y, debido al enorme número de "bajas" psicológicas, aplicar terapia de orientación psicoanalitica. Para quienes habían sido psicólogos clínicos antes de la guerra, esto les dio la oportunidad de afirmar y ampliar sus funciones, pero debemos recordar que eran la minoría. La mayoría de los psicólogos de este tiempo tenían una orientación fundamental académica o de investigación, y para ellos, la desesperada necesidad que el ejército tenía de psicólogos clínicos significó el primer contacto con problemas clínicos concretos.
Para su sorpresa, y con frecuencia para su deleite, muchos de esos psicólogos convertidos en clínicos, descubrieron que podían manejar muy bien sus nuevas responsabilidades, y muchos comenzaron a apreciar este tipo de trabajo. Las autoridades militares y civiles estaban verdaderamente impresionadas: "El hecho deque los psicólogos fueran capaces de hacer historias clínicas adecuadas, preparar evaluaciones y diagnósticos de la personalidad de los pacientes, ayudar en los estudios de investigación, y manejar eficazmente a tipos muy diversos de pacientes en terapia individual o de grupo, estaba demostrando que se trataba de un grupo profesional que no había sido utilizado en el pasado de acuerdo con sus posibilidades"(Garfield, 1974, p. 9). Rápidamente los psicólogos llegaron a ser oficiales comisionados en el ejército, igual que los médicos. Al final de la guerra, ya había muchos psicólogos comprometidos en la terapia de adultos, y antiguos psicólogos experimentales se enamoraron de las funciones clínicas. Las pruebas psicológicas y la terapia necesarias durante el tiempo de la guerra, hicieron que el público conociera cada vez más y tratara con mayor respeto a la Psicología clínica, con lo"que se produjo de repente un éxodo masivo de los laboratorios al mundo de la psicología aplicada" (Hathaway, 1958, p. 242).
El interés por la Psicología clínica quizás no hubiera pasado a mayores si no hubiera sido por lo mucho que quedaba por hacer. La guerra había dejado a 40 000 personas en hospitales neuropsiquiátricos de la VA (Asociación de veteranos de guerra) y no se contaba con los psicólogos y psiquiatras necesarios para hacer frente a las necesidades de diagnóstico y de tratamiento que estos pacientes requerían. Mientras que la APA y los departamentos de Psicología de las universidades habían demostrado inseguridad) acerca del status, la educación y el papel que el psicólogo clínico debía tener, las necesidades de la VA exigían una acción clara e inmediata. En una circular de la VA de 1946 se definía al psicólogo clínicocomo el profesionista que se dedica al diagnóstico, al tratamiento y a la investigación de los desórdenes del comportamiento de los adultos y se describía a los psicólogos clínicos como Ph. D. (Philosophical Doctors). Y lo que es mas importante, la VA declaraba necesitar 4 700 psicólogos para otros tantos puestos bien pagados y de gran prestigio, manifestándose dispuesta a facilitar ayuda económica para su formación. Hathaway (1959, p. 107) dice: "Este documento, más que cualquier otro factor, sirvió para el desarrollo de la Psicología clínica."
Fue el apoyo que la Psicología estaba necesitando. A principios de 1946, el director médico de VA se reunió con los presidentes de las universidades más importantes para pedirles la instauración de cursos formales para la enseñanza de la Psicología clínica. Para el otoño de ese mismo año, 200 estudiantes de postgrado comenzaron a ser expertos clínicos de VA en veintidós instituciones de esta organización(Peck y Ash, 1964). Para 1951, VA era la institución que ocupaba más psicólogos en Estados Unidos. "No fue la ciencia ni la profesión de la Psicología en sí misma, sino la Segunda Guerra Mundial, con su secuela de recursos humanos, lo que revolucionó la formación y el trabajo de la Psicología clínica" (Garfield, 1974,P. 8).
Cuando se tiene presente esta situación, se puede entender porqué no todos los departamentos de Psicología que iniciaron cursos de formación después de la guerra, lo hicieron con gran entusiasmo. Los catedráticos que sentían simpatía oque habían hecho trabajo clínico durante la guerra, consideraban el apoyo económico del gobierno como una bendición, mientras que aquellos que estaban dedicados a la Psicología como ciencia pura, objetaban la instauración de una formación orientada al profesionalismo por considerarla una intrusión que se estaba dando únicamente porque el Gobierno estaba pagando (Primero por medio del VA y después por medio del United States Public Health Service, USPHS). Shakow(1965) llamó a este conflicto la pugna entre las "vírgenes" y las "prostitutas". Independientemente del nombre que se le dé, era la continuación de la pugna entre"ciencia y profesión" presente desde 1896, con la diferencia que la pugna ya estaba en el interior de la "torre de marfil", lo que hacía que fuera más aguda que antes.
La VA y la USPHS siguieron adelante con sus planes de financiamiento y pidieron asistencia a la APA para que indicara qué programas de tipo universitario valía la pena apoyar con fondos de la Federación. Un comité de formación profesional y de postgrado hizo una evaluación de los programas que existían en 1947(Kelly, 1961). Más adelante, el mismo año, el Comité de formación de Psicología clínica de David Shakow, un grupo designado por la APA, presentó un informe más extenso en el que: 1) recomendaba qué contenido debían tener los programas,2) determinaba las características de debía tener la formación en las universidades y en los internados, y 3) hacía un informe de los programas existentes(Shakow, 1978, da detalles de la historia y composición de esta comisión).
Este "informe Shakow" tuvo por objeto sugerir programas de formación,pero por haberse vinculado intimamente con el otorgamiento de dinero federal a estudiantes particulares (por medio de becas) y a departamentos completos (por medio de fondos para la formación), las sugerencias se convirtieron en políticas"y llegaron a ver la 'biblia' de todos los departamentos de Psicología deseosos de que la APA analizara y apoyara favorablemente sus programas" (Kelly, 1961,p. 110). Shakow opina que esta reacción favoreció una prematura cristalización de la formación para la Psicología clínica; en su opinión, si todo hubiera evolucionado más lentamente y con mayor cuidado, los programas hubieran podido ser mejores.
De todos modos, el informe Shakow puso las bases para las discusiones que siguieron sobre el tipo de formación que habría que dar a los psicólogos clínicos,discusión íntimamente relacionada con la controversia entre ciencia y profesión.Las recomendaciones más importantes del informe que siguen teniendo actualidad son las siguientes (APA, 1947):
1. Los psicólogos clínicos deben recibir primero una formación como psicólogos (es decir, como científicos) y después como profesionales prácticos.
2. La formación de los psicólogos clínicos debe ser tan rigurosa como la delos psicólogos no clínicos y por lo tanto debe consistir en estudios de doctorado que abarquen cuatro años, con un año de práctica en un internado supervisado.
3. La formación clínica debe centrarse fundamentalmente en la "trinidad"(diagnóstico, investigación, tratamiento) con cursos suplementarios de psicología general, psicodinámica, técnicas de diagnóstico, y métodos de investigación y de terapia (véase Shakow, 1978, para un resumen del informe).
Así comenzó "lo que debería llegar a ser una nueva experiencia educativa; la formación del estudiante como científico y como practicante, no en dos escuelas profesionales distintas (como en el caso de medicina y de leyes) sino en los cursos de postgrado de las universidades" (Kelly, 1961, 112). La experiencia se continuó con apoyo de la APA, del Gobierno, de las instituciones que suministraban los internados y de las universidades. Dos años después de la publicación del informe Shakow hubo una convención nacional de formación de Psicología clínica en Boulder, Colorado, en la que oficialmente se aceptaron sus recomendaciones.Además, esa convención resolvió crear un Educational and Training Board en el interior de la APA para aprobar y publicar las listas de los programas de doctorado en Psicología clínica, y de los internados en que se daba el entrenamiento, reconocidos por la organización.
La formación científico-profesional recomendada por el informe Shakow y adoptada por la convención Boulder en 1949, se llegó a conocer como el "modelo Boulder" que ha impuesto el patrón de formación en este campo durante los veinticinco años siguientes. Pero, este modelo no satisface a todos los que trabajan en este campo, y a pesar de que la APA ha seguido dando su apoyo a las revisiones que se han hecho al modelo Boulder en las conferencias de 1955, 1958,1962, 1965 y 1973, sigue habiendo cierta inquietud. En el capítulo 13 daremos el detalle de estas conferencias y las modificaciones hechas al modelo para ponerlo al día. Basta decir, por el momento, que los psicólogos que están dedicados a la práctica profesional opinan que el modelo insiste demasiado en la formación para la investigación, con detrimento de la preparación para el trabajo clínico concreto,mientras que los científicos de la Psicología con orientación académica más clara sienten que resulta inútil la insistencia tan marcada que se da a los aspectos prácticos de aplicación. Un sarcástico delegado a la conferencia en Boulder, haciendo referencia a los datos relativamente poco importantes que existían en esa época para la investigación clínica de la psicoterapia decía "la terapia es una técnica indefinida, que se aplica a problemas indefinidos, con resultados desconocidos.Recomendamos una rigurosa formación en esta técnica" (Lehner, 1952).
A pesar de estos problemas, el apoyo dado por el Gobierno a la formación que seguía el modelo aprobado en Boulder provocó el crecimiento explosivo de la Psicología clínica. Para 1948, la APA había aprobado veintidós programas deformación en Psicología clínica, y se estaban estudiando muchos más para su aprobación: en 1962 ya se habian aprobado sesenta, setenta y dos en 1969, ochenta ytres en 1973, y más de 100 el día de hoy. El número de psicólogos clínicos creció en proporción, y su trabajo se fue diversificando hasta alcanzar las proporciones que describimos en el capítulo 1. Después de la guerra, la evaluación de la personalidad y de la inteligencia se desarrolló rápidamente tras la introducción de nuevas pruebas como el Minnesota Multiphasic Personality Inventory (MMPI), o nuevos procedimientos de calificar las pruebas proyectivas como el Rorschach o nuevas escalas de inteligencia para adultos. También floreció, reconocida por el Gobierno y por el público, la función terapéutica del psicólogo clínico. En esos años ya había tres veces más psicólogos clínicos dedicándose a la terapia que antes de la guerra, y el tratamiento comenzó a dedicarse más bien a los adultos que a los niños(Andrews y Dreese, 1948). Además, siguiendo el ejemplo de los médicos, la práctica privada se comenzó a hacer patrón común entre los psicólogos clínicos.
Fue creciendo también el reconocimiento legal de la Psicología como profesión.En los años que siguieron a la guerra, los gobiernos de los Estados promovieron leyes en las que se determinaban las condiciones para licencia o certificación de los clínicos calificados y la APA estableció un grupo para otorgar una certificación independiente, llamado The American Board of Examiners in Professional Psychology (ABEPP: ahora la American Board of Professional Psychology), para identificar a quienes han alcanzado un alto nivel de experiencia y de pericia clínica. La APA publicó también un código ético para la conducta de todos sus miembros, poniendo énfasis particular en quienes están en la práctica de la profesión.En el capítulo 13 vamos a ver estos y otros aspectos de la Psicología como profesión.
Como todos los otros aspectos, también la investigación clínica se desarrolló después de la guerra, llegando a algunas conclusiones negativas y perturbadoras sobre la utilidad de ciertas pruebas de personalidad (véase, por ejemplo, Margaret,1952), sobre el valor de los diagnósticos de los psicólogos clínicos, al compararlos con los resultados obtenidos de las estadísticas (Meehl, 1954), y sobre la eficacia delas formas tradicionales de terapia (sobre todo de tipo freudiano) (Eysenck, 1952).Estas investigaciones están relacionadas con el alejamiento de las normas tradicionales de diagnóstico que apuntamos en el capítulo 1, y con la influencia creciente de nuevas técnicas de terapia, particularmente las de Cari Rogers y Joseph Wolps.
Hacia mediados de los años setenta, prácticamente había cambiado todo lo que era la Psicología clínica antes de la Segunda Guerra Mundial. Antes de la guerra, los psicólogos clínicos se dedicaban a hacer diagnósticos fundamentalmente de niños. Cuando la psiquiatría permitió a los psicólogos clínicos adentrarse en el terreno del tratamiento, comenzaron a "aliviar las enfermedades mentales" aplicando técnicas psicoanalíticas. A partir de 1945 las funciones, los lugares de trabajo y los clientes eran completamente diferentes de lo que dijimos en el capítulo 1. Se reconoció la importancia de los tratamientos de prevención y de la curación, teniendo disponibles perspectivas teóricas más amplias y todo un arsenal de técnicas prácticas para diagnosticar y ayudar a cambiar el comportamiento. En los capítulos siguientes hemos de considerar cada una de estas facetas de la nueva Psicología.
Basta decir ahora que aunque esta especialidad ha avanzado en muchos sentidos en los últimos cuarenta años, no ha llegado aún a su pleno desarrollo ni a su plena identificación. Garfield (1966, p. 353) anota que los psicólogos clínicos sono bien, "un grupo particularmente introspectivo, autocrítico, en búsqueda del espíritu", o bien, un grupo que crónicamente está insatisfecho. Sea lo que fuere,las convenciones siguen hablando de la formación de los psicólogos, y las páginas de las revistas están llenas de artículos que comentan las ideas o las preocupaciones que se tienen sobre los caminos que debe seguir la profesión. Aspectos que consumen mucho espacio de las revistas y mucho tiempo de las convenciones son,por ejemplo, cómo cubrir las necesidades de atención psicológicas que tiene la sociedad, cuál es el papel y la importancia del diagnóstico y la psicoterapia clínica,cuáles son los problemas y el futuro de la práctica privada, cómo se pueden prever los problemas psicológicos, o cómo se puede prestar atención psicológica a los estratos de la población (la gente pobre) que no tiene acceso a ella.
El mayor problema al que se enfrentan los psicólogos es el de la oposición entreciencia y práctica profesional. ¿Qué se debe hacer para que el psicólogo clínico seaal mismo tiempo una persona con orientación científica, que exige datos y evidenciaconfirmada antes de hacer recomendaciones o de aplicar un tratamiento, y almismo tiempo sea alguien, que está en el "frente" tomando decisiones sobre lamarcha para ayudar a los pacientes que se encuentran sumidos en graves y complejosproblemas, cuando el conocimiento producido en laboratorio es prácticamenteinexistente? Hay quienes afirman que la actividad científica y la prácticaprofesional son incompatibles y que es necesario decidirse por una de las dos.Así, hay estudiantes que se vuelven completamente subjetivos e intuitivos, paraellos la misma palabra "datos" llega a ser despreciable, mientras que otros setransforman en investigadores de tiempo completo con la esperanza de que los resultadosde su investigación de laboratorio pueda un día lograr que la prácticaprofesional llegue a ser científica.
Esta polarización puede acarrear muy graves consecuencias. Con frecuenciaaisla al que se dedica a la práctica profesional de los resultados de la investigación que podrían ser de utilidad para el trabajo práctico, y por otro lado puede colocaral investigador en un ambiente de laboratorio tan artificial que los resultados desu investigación sólo sean aplicables en otros laboratorios en los que se den situacionessimilares, pudiendo perder de vista algunos de los problemas clínicosmás importantes y más interesantes. Estas situaciones límite se ven a veces conalarma, porque podrían significar una disminución de la influencia mutua quepodrá darse entre los investigadores y los que están en la práctica profesional, pudiendocomprometer, en opinión de algunos observadores, el futuro de la mismaPsicología clínica.
Por eso y a pesar de las presiones que hay para llevar a cabo una completa diferenciaciónentre el aspecto científico y el de la práctica profesional (con programascompletamente diferentes, por ejemplo), otra alternativa más difícil quizás, peromucho más atractiva, sigue pareciendo la mejor opción. Consistiría en organizaruna carrera que evite identificarse exclusivamente con la investigación científica ocon la práctica profesional, produciendo, utilizando y respetando la experiencia delos dos campos, el científico y el de la práctica profesional, de tal manera que se alimentenmutuamente en vez de hacerse mutuamente la competencia.
Si es legítimo considerar el pasado como indicador del futuro, se podría afirmarque las distintas posiciones en este problema van a continuar en contacto yenfrentándose." Este problema surge de la diferencia de puntos de vista. Los queconsideran la Psicología clínica como un arte y hacen poco uso del laboratorio sesitúan generalmente en un lado de la contienda, mientras que los que desconocenla importancia del juicio subjetivo y de otros aspectos aparentemente no científicosde la práctica psicológica, se encuentran en el otro bando. Pero, no se puedepredecir con la misma certeza de qué lado van a estar quienes consideran la psicologíaclínica como una especialidad en la que actualmente se dan todavía algunosaspectos de arte, pero que tiene una base científica sólida, y que va creciendo ensu capacidad de aprovechar ambos aspectos.
Estas diferencias de orientación de los psicólogos se deben a la amplitud de sucampo, y no se limita a la controversia entre ciencia y práctica profesional. En lamedida en que ha crecido la importancia de la Psicología clínica, ha ido desapareciendola preocupación por defender su derecho a existir, permitiendo una mayortolerancia para las ideas divergentes, no sólo sobre el papel de la terapia y de la formación,sino también sobre problemas más fundamentales como son el desarrollode los problemas del comportamiento y los sistemas que se pueden utilizar para aliviarlos.En el siguiente capítulo vamos a examinar las teorías que han tenido mayorinfluencia en este sentido, indicando la manera cómo influyen en la conducta cotidiana de los psicólogos.